En un mundo cada vez más dominado por la tecnología LED, los sistemas de dimmer y la iluminación convencional siguen manteniéndose firmes como una opción válida y, en muchos casos, insustituible en teatros, festivales y grandes eventos. Aunque el LED ofrece eficiencia energética, bajo consumo y versatilidad de colores, hay algo en la luz convencional que sigue cautivando a diseñadores de iluminación y técnicos experimentados.
El alma de la luz convencional
Hablar de luz convencional es adentrarse en el mundo de los PAR64, los recortes, los PC’s, las cegadoras, los panoramas y los cañones de seguimiento. Estos dispositivos han iluminado escenarios icónicos, han creado atmósferas inolvidables y siguen aportando una calidad de luz difícil de igualar.
PAR64: el clásico incansable
Los PAR64 son probablemente los proyectores más reconocibles y utilizados en iluminación convencional. Con sus lámparas halógenas de alta potencia y sus diferentes grados de apertura (narrow, medium, wide y very wide), permiten crear haces de luz potentes y con una calidez característica. Aunque existen versiones LED, muchos técnicos siguen prefiriendo el “punch” y la saturación de los PAR halógenos.
Recortes o profiles: la precisión teatral
Los recortes o profiles son esenciales en el teatro y en espectáculos donde se requiere recortar la luz de forma precisa. Gracias a sus lentes y cuchillas ajustables, permiten enfocar con gran nitidez y definir contornos exactos. Incluso en la actualidad, algunos diseñadores optan por estos equipos cuando buscan efectos de recorte bien definidos o texturas a través de gobos.
PC’s y fresnel: versatilidad y suavidad
Los PC’s (Plano Convexo) y los fresnel son perfectos para crear una luz suave y difusa. Los primeros, con su lente plano-convexa, permiten ajustar el haz con una nitidez única, mientras que los fresnel ofrecen una transición suave entre luz y sombra, ideal para bañar escenarios de manera uniforme.
Cegadoras y panoramas: impacto y potencia
Las cegadoras han sido clave en conciertos y espectáculos multitudinarios. Con lámparas DWE de 650W o 1.200W, su capacidad para deslumbrar al público sigue siendo incomparable. Los panoramas, con lámparas de descarga o halógenas, proporcionan un lavado de luz potente y homogéneo, ideal para escenarios grandes.
Cañones de seguimiento: la luz que persigue
Los cañones de seguimiento son fundamentales cuando se quiere destacar a un artista o actor en movimiento. Aunque existen cañones LED, muchos técnicos siguen optando por versiones halógenas o de xenón, valorando su temperatura de color y la suavidad de la transición y como norma general mantienen la potencia a largas distancias como por ejemplo en un estadio.
El desafío del LED
Es indiscutible que el LED ha revolucionado la industria de la iluminación. Su durabilidad, bajo consumo y capacidad para cambiar de color sin filtros son ventajas innegables. Sin embargo, la luz convencional todavía tiene argumentos sólidos:
- Calidad de luz y temperatura de color: Las fuentes incandescentes proporcionan un CRI (índice de reproducción cromática) altísimo, difícil de igualar por muchos LEDs.
- Estética y nostalgia: En algunos contextos teatrales o de espectáculos vintage, la luz halógena aporta una estética auténtica y nostálgica.
- Resistencia y fiabilidad: Muchos equipos convencionales llevan décadas funcionando sin problemas graves, resistiendo el uso intensivo.
¿Qué nos depara el futuro?
La luz convencional y los sistemas de dimmer probablemente seguirán coexistiendo con el LED durante muchos años más. Aunque las normativas medioambientales y la eficiencia energética impulsen el uso del LED, siempre habrá espacio para esos haces de luz cálidos y potentes que solo el tungsteno y el halógeno pueden ofrecer.
Mientras tanto, seguir viendo en acción un buen PAR64, una cegadora deslumbrante o un cañón de seguimiento clásico seguirá siendo motivo de admiración para quienes apreciamos el arte de la iluminación escénica en todas sus formas.